Cualquiera que conozca algo sobre
la filosofía de Platón conocerá seguro su famoso mito de “La Caverna”. Desde
que fuese escrito en el libro VII de “La República” se han hecho numerosas interpretaciones de este texto pero
posiblemente la más evidente sea la que lo relaciona directamente con la
televisión. Sustituyamos la pared de la caverna en la que se proyectan las
sombras de lo que hay en el exterior por una pantalla. Una vez hecho esto, las
sombras proyectadas sobre esa pared sustituyámoslas por información manipulada, con la cual se nos
bombardea con noticias, datos y estadísticas nefastas con el único de fin de
provocarnos miedo y tenernos donde ellos quieren: encerrados en casa sin salir
por miedo a que nos ocurra lo mismo que hemos visto, igual que los prisioneros
en la caverna tenían miedo a esos “seres” del exterior.
Gran número de personas viven con
miedo al mundo que les rodea por culpa de haber estado sometidos durante
años y años a este tipo de información.
Para ellos esta información es la única verdad que existe, es decir,
pertenecen a lo que se conoce como “el mundo sensible”, aquel que se conoce por
medio de los sentidos, más concretamente, a través de dos de ellos: la vista y
el oído.
Pero no todo el mundo
pertenece a este gran grupo que vive con miedo. Una pequeña parte no está
atrapada en esa espiral de pesimismo, por una sencilla razón: no solo se
limitan a ver la televisión, sino que se
dedican a investigar por su cuenta las cuestiones del mundo y así poder obtener una segunda opinión, que en
muchos casos puede ser bastante distinta a la que nos cuenta la “caja tonta”. Solo
la filosofía y un pensamiento crítico pueden liberarnos de la caverna en la que
estamos apresados sin darnos cuenta día tras día. Es por ello por lo que estas personas no
tienen miedo a salir, sino todo lo contrario: tienen miedo a quedarse en casa y
a terminar como esa gente que se dedica a vivir con miedo. Este grupo de
personas, que buscan segundas opiniones y otro punto de vista, pertenecen al
conocido como mundo inteligible, al que se accede gracias a la razón. La razón
que motiva a estas personas a salir y buscar otro tipo de respuestas es muy
sencilla, pues se trata simplemente de recordar nuestra esencia humana.
Pongamos un ejemplo. Supongamos que un individuo pertenece a
uno de los grupos que se dedica todos
los días a ver el mismos informativos.
Un día unos de esos individuos acaba harto y decide investigar por su propia
cuenta en otro medio distinto a la televisión un asunto que le trae de cabeza.
Cuando lo hace, queda aterrado por lo que acaba de descubrir y decide volver al
grupo para exponer lo que ha descubierto, los integrantes -al escuchar lo que dice- se ríen de él
puesto que para ellos es simplemente un
loco o alguien que se ha dejado influir por otra fuente de información que no
es nada fiable para ellos, ya que solo confían en lo que ven (o en lo que ellos quieren que vean).
Es de agradecer tu apuesta por crear, por dotar al artículo de un estilo personal. Resulta interesante y sugerente.
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