jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Esencia o existencia?

La esencia es  aquello que contesta a la pregunta sobre lo que una cosa es, es la sustancia considerada como algo definible, es aquello que está compuesto de materia y forma y  es aquello que puede ser únicamente forma en un ser inmaterial, sin embargo, la existencia es el acto que permite que una esencia o sustancia tenga ser, aquello por lo cual una sustancia material o inmaterial es un ser real, es la existencia.

La metafísica aristotélica conduce a una interpretación del mundo difícilmente conciliable con el cristianismo: el mundo es eterno y está compuesto de una multiplicidad de sustancias que, en cuanto tales, tienen la misma entidad. La distinción que ya había establecido entre la esencia y la existencia será la respuesta que buscará santo Tomás basada especialmente en la teoría del acto y la potencia, habrá que distinguir en cada sustancia la esencia de la existencia. La esencia está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa es, su esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no, e independientemente de su existencia o no, la esencia se mantiene inalterable siendo lo que es.

Por ejemplo, comprendemos lo que es un hombre independientemente de que existan o no hombres, y lo mismo con cualquier otra sustancia. La esencia sería, pues, una cierta forma de ser en potencia: para existir tendría que ser actualizada por otra entidad que le diese la existencia, ya que nada puede ser causa de su propia existencia. Por lo tanto, todas las cosas que existen son un compuesto de esencia y existencia. En ese sentido son contingentes, es decir no tienen en sí mismas la necesidad de existir, pueden existir o no existir. ¿De dónde les viene, pues, la existencia? Ha de proceder de otra sustancia que exista eminentemente, es decir, de una sustancia cuya esencia consista en existir y sea, por lo tanto, un ser necesario: Dios. Se establece así una distinción o jerarquía entre los seres: los contingentes, los que recibe su existencia; y el ser necesario, aquel en que la esencia y la existencia se identifican.

La concepción de la esencia se modifica con respecto a la concepción aristotélica: para Aristóteles la esencia venía representada exclusivamente por la forma; para Sto. Tomás la esencia de los seres contingentes comprende también la materia, y la esencia de los seres espirituales se identifica exclusivamente con la forma, ya que carecen de materia. Se establece pues una separación radical entre Dios y el mundo, haciendo del mundo una realidad contingente, es decir, no necesaria, y que debe su existencia a Dios, único ser necesario. Por lo demás, en la medida en que la existencia representa el acto de ser se establece una primacía de ésta sobre la esencia. Esta identificación del ser con la existencia le permitirá a Sto. Tomás hablar de seres constituidos por formas puras, como los ángeles y Dios, distinguiéndose en que los ángeles reciben también la existencia de Dios. Le es posible, entonces, admitir sustancias inmateriales, lo que desde una posición estrictamente aristotélica resultaría difícilmente sostenible.

La distinción entre esencia-existencia no es una distinción física sino metafísica. Esto quiere decir lo siguiente:
- La esencia no existe físicamente separada de la existencia. Ello significa que Tomás de Aquino no creía en un "mundo" de esencias existentes ni en un mundo de existencias "existentes". No hay una idea general de existencia que  viene de fuera  y se inserta en las cosas particulares. De todos modos la existencia es un don divino En este sentido, la distinción es un principio que nos ayuda a comprender la dependencia de lo creado por dios
- Que no sea una distinción física no significa que no sea una distinción real o que Tomás pensara que era una mera distinción mental. Es una distinción real siempre que no entendamos por real lo igual a dos cosas físicas diferentes. Cuando Tomás habla de un "compuesto real de esencia y existencia" lo que quiere decir es que el acto por el cual algo tiene realmente su esencia, es decir, por lo que realmente llega a ser una sustancia, es causado por algo externo a la misma esencia o sustancia. No es una distinción meramente mental la que se da entre esencia  más existencia. Ahora bien, ¿qué es lo que sucede con Dios? Tomás de Aquino pensaba que en EL, tal identificación, se daba: esencia y existencia coinciden en Dios. Pues bien, si la distinción entre esencia y existencia fuera solamente mental o lingüística, y no real, es evidente que si alguien explicara lo que significa la palabra Dios debería "ver" inmediatamente su existencia, pero Tomás de Aquino pensaba que ello NO era posible. Recurre también a las teorías platónicas de la participación y la causalidad ejemplar: los seres contingentes reciben la existencia de Dios, por lo que su existencia participa de alguna manera de la existencia de Dios, el único ser necesario, lo que conduce a Sto. Tomás a similares dificultades a las que la teoría de la participación había conducido a Platón, aunque ahora en un plano más estrictamente teológico.

Ningún ser finito existe necesariamente. En el ser finito la esencia es distinta de la existencia, del mismo modo que el acto lo es de la potencia. La función de la existencia es diferente de la forma y de la esencia: la forma determina o completa la esfera de la esencia, sin embargo, no actualiza a la esencia, quien actualiza a la esencia es la existencia. La existencia no es ni materia ni forma. No es ni esencia ni forma parte de ella. La existencia es el acto por el cual la esencia es.



1 comentario:

  1. Trata de elaborar un discurso propio. Investiga, lee, contrasta información y cuando estés preparada haz tu aportación. Un artículo es algo más que un simple resumen o "corta-pega". Cuida la estética, incluye alguna imagen

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