jueves, 21 de mayo de 2015

Sobre un narrador que quería ser Tyler Durden y la sangre que vomitan unos tios en un sótano

Entre la sangre que vomitan los sudorosos combatientes de un antro podrido y la pérdida existencial que se alcanza tras la división de la personalidad, se encuentra una película extraña, pretenciosa, con el objetivo claro de exponer una visión filosófica o al menos presentarnos un conflicto original y novedoso sobre lo que realmente somos en los lugares más recónditos de nuestra compleja mente.


La situación del narrador, cuyo nombre nunca llega a mencionarse, es cuanto menos sorprendente para la mayoría de personas normales que ven la película. Las caras de mis compañeros de clase a menudo se transfiguraban mostrando sorpresa cuando se encontraban con un hombre atormentado, pesimista, excesivamente calculador y con un océano de pensamientos fluyendo por su cabeza mientras nos narra de una peculiar manera los hechos que observamos en la película. Mis compañeros de clase veían al narrador como alguien extraño, diferente, como una de esas personas que simplemente son clasificadas por las mentes de las personas normales dentro de la categoría ''raros'', y rápidamente desaparece cualquier interés sobre conocer en profundidad a estas personas extrañas que piensan, sienten y sufren tanto. Quizá la gente normal tiene razón y es mejor sentir de esa manera tan tibia que tienen de sentir y limitar así el sufrimiento. Supongo que, en ocasiones, nuestro amigo el narrador, al igual que yo, desearía ser un poco más ''normal''

Sin ánimo de desviarme del tema, solo quiero agradecer al director de ''El club de la lucha'' por poner como protagonista a este hombre tan atormentado.

Sin embargo, la parte explosiva de la película, la parte que detona mentes y revienta corazones es simple y llanamente la parte relacionada con Tyler Durden. No ya por Tyler Durden en sí, sino por lo que significa realmente Tyler Durden.

Tyler Durden es el deseo del narrador de ser una persona diferente, y este deseo se transforma finalmente en una personalidad alternativa y despiadada que recoge sobradamente todo lo que el narrador desea ser. Todos hemos soñado alguna vez con cambiar, con ser diferentes. Todos tenemos una versión de nosotros mismos en la que deseamos convertirnos algún día. De algún modo, todos tenemos un Tyler Durden en nuestro interior. Y sin embargo, parece que hubiera una conspiración social o moral que nos impide aceptar a nuestro Tyler Durden personal. La propia película lo demuestra cuando al final el mismo protagonista acaba destruyendo a Tyler.


Y es en ese mismo punto en el que la película se va a la mierda. La película nos muestra a un hombre diminuto y atormentado que esconde en lo más profundo de su corazón el deseo de convertirse en un superhombre, alguien atractivo, decidido, valiente, con talento y con inteligencia. El narrador desea ser alguien diferente, alguien mejor, y de ese deseo nace Tyler Durden. Y sin embargo, la película acaba mostrando ''in extremis'' a Tyler Durden como el ''malo de la peli'', que debe ser erradicado para que los buenos triunfen. Patético.

Si yo fuera el narrador, habría abrazado esa parte de mi mente que me hace tan fuerte y tan único, esa parte de mi mente que representa al hombre que planea, que lucha, que sangra y que se folla a la mujer que amo.

Quizá todos deberíamos preguntarnos si no es mejor dejarnos llevar de una vez por lo que deseamos y convertirnos finalmente en el Tyler Durden que todos queremos ser.

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