Ya son 17 los años que arrastro tras de mí, y como
buen chico me dispongo a enfrentarme a eso que llaman 2º de
Bachillerato, ese curso marcado en negro por todos los alumnos,
porque te enfrentas a esa prueba malograda llamada selectividad. Y
como parte de este curso que me dispongo a enfrentar, me toca
aprender Historia de la Filosofía. Y por eso estoy aquí, amigos y
amigas, iniciando un blog compartido, en el que publicaré trabajos
relacionados con la asignatura, con filósofos famosos como
principales protagonistas, y espero que con algo de originalidad por
mi parte.
En la primera entrada debería de empezar a divagar
sobre el gran Platón, Sócrates, o los condenados sofistas. Sin
embargo, espero que mi apreciado profesor de filosofía me permita el
lujo de empezar el blog con una pequeña reflexión mía, inspirada
entre otras cosas por ciertas ideas de Platón y por la película
Matrix ya vista en clase.
¿Está escrito tu destino? SI y NO. NO, porque a menos
que sigas alguna creencia religiosa que lo apruebe, no estás
limitado por ningún destino escrito, y eres libre para desarrollar
tu futuro como desees. Esas coincidencias que te hacen creer en la
existencia de un orden escrito, para mí son solo eso, coincidencias.
Y ahora explicaré el por qué quizá SI existe el
destino. Hasta hace muy poco tiempo, yo creía ser el dueño de mi
propio destino, libre para labrarme mi futuro con trabajo y esfuerzo.
Y sin embargo, quizá estaba equivocado. Pues escuchando otra
reflexión se me presentó una idea que yo no había barajado.
Para que se me entienda mejor, imagínate una situación
de tu vida en la que hayas tenido que elegir. Por ejemplo, los que
hayáis tenido que elegir entre trabajar o estudiar, o elegir una
carrera universitaria entre múltiples opciones. ¿Y si te dijera que
en realidad no eras libre para elegir? Y no es que nadie te pusiera
limitaciones, las limitaciones te las ponías tu mismo, y el entorno
que te rodeaba. Volviendo al ejemplo anterior, quizá elegiste
trabajar porque estudiar no era lo tuyo, y si se te presentara de
nuevo la misma situación, con la misma experiencia y el mismo
entorno rodeándote, elegirías exactamente lo mismo.
Traslada este ejemplo a tu futuro, y piensa que cuando
se te presenten otras elecciones, pasará lo mismo, elegirás según
tu situación en ese momento, según tu forma de ser. Es decir, nunca
podrás ser médico porque odias estudiar, y como además eres
inútil, terminarás viviendo en la calle, incapaz de desarrollar
ningún trabajo. Es un destino muy triste e infeliz, y estas
condenado a él por tus propias limitaciones como persona. O quizá
simplemente carecías del dinero necesario para pagar los estudios, y
por eso acabaste condenado por el entorno a malvivir, sin importar
tus cualidades. O quizá, a pesar de que creciste sin recursos
económicos, eras lo suficientemente independiente y trabajador como
para conseguir el dinero necesario para pagar la carrera. En
cualquier caso, tu destino era inalterable, basado en ti, en tu
evolución como persona y en como te afecta y te cambia el entorno.
Antes de que cunda el pánico, todo esto es solo una
simple teoría, aunque bastante creíble desde mi punto de vista. Por
supuesto que las personas vamos evolucionando y cambiamos nuestra
forma de ser, pero estamos condenados a elegir según nuestras
propias circunstancias en el momento de la elección, lo cual, de
alguna forma,nos condiciona, y hace que no seamos totalmente libres.
Finalmente os dejo un vídeo buenísimo que fue el que
me hizo plantearme este tema, y que trata los puntos sobre los que os
he hablado, pero de forma más clara y concisa. Sin más dilación me
despido, prometiendo que la próxima vez intentaré traer un
verdadero trabajo sobre filosofía, y no una burda reflexión de un
adolescente.
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